La libertad de amortización es un beneficio fiscal que permite a las empresas amortizar determinados activos sin seguir estrictamente las tablas fiscales.
Esto supone una gran ventaja, ya que permite reducir la carga tributaria en el ejercicio en el que se realiza la inversión.
En GAC Grup elaboramos este artículo para explicar en qué consiste este mecanismo, qué activos pueden acogerse a esta medida y cómo aprovecharlo dentro del marco normativo.
¿Cómo beneficia a las empresas la libertad de amortización?
La amortización es el proceso mediante el cual una empresa distribuye el coste de un bien a lo largo de su vida útil.
Existen distintos métodos de amortización, como la amortización lineal y la amortización acelerada, los cuales deben seguir las tablas de amortización del Impuesto de Sociedades.
Sin embargo, la libertad de amortización permite amortizar ciertos activos de manera inmediata, sin necesidad de seguir una tabla específica. Esto genera beneficios como:
- Optimización fiscal: permite reducir la base imponible del Impuesto de Sociedades.
- Mayor liquidez: al deducir el gasto en un solo ejercicio, se libera capital para reinversión.
- Flexibilidad contable: se adapta a las necesidades de cada empresa.
Requisitos para aplicar la libertad de amortización
No todos los activos pueden acogerse a este régimen especial. Para beneficiarse de la libertad de amortización, las empresas deben cumplir ciertos criterios:
Ser empresa de reducida dimensión (ERD)
Esto significa tener una cifra de negocios inferior a 10 millones de euros. Se calcula en función del importe neto de la cifra de negocios del ejercicio anterior.
Si la empresa forma parte de un grupo mercantil, el límite se evalúa de manera consolidada, incluyendo los ingresos de todas las entidades vinculadas.
Además, si una empresa supera este umbral en un año, aún podrá aplicar los beneficios fiscales como ERD durante los dos ejercicios siguientes, siempre que haya cumplido el requisito en los años previos.
Inversión en bienes nuevos
No se consideran aptos los bienes de segunda mano, aunque sean adquiridos para la actividad de la empresa.
Además, el activo debe estar directamente relacionado con la generación de ingresos y no puede ser destinado a usos personales o actividades no empresariales.
En el caso de empresas que trabajan con leasing financiero, solo podrán aplicar la libertad de amortización si ejercen la opción de compra del bien.
Incremento de plantilla
En algunos casos, la empresa debe demostrar un aumento en el número de trabajadores durante los dos años siguientes a la inversión.
Este requisito suele aplicarse en ejercicios en los que la normativa fiscal condiciona el beneficio a la creación de empleo.
El incremento se mide en función de la plantilla media de la empresa y debe mantenerse durante al menos 24 meses.
No basta con contratar nuevos empleados de forma temporal; debe ser un crecimiento real y sostenido.
Diferencias entre amortización acelerada y libertad de amortización
Muchas empresas confunden la amortización acelerada con la libertad de amortización, pero son conceptos distintos.
Mientras la libertad de amortización está dirigida a empresas que cumplan requisitos específicos, la amortización acelerada es aplicable a empresas de reducida dimensión.
Además, la libertad de amortización permite amortizar el 100% mientras que la amortización acelerada solo lo reduce.
Por último, la libertad de amortización en cuanto a control fiscal requiere cumplir ciertos criterios adicionales, mientras que la amortización acelerada debe justificarse según las tablas fiscales.
Ambos métodos buscan facilitar la inversión en activos, pero la libertad de amortización proporciona un beneficio inmediato más significativo.
¿Cuándo conviene aplicar la libertad de amortización?
Para entender mejor cómo funciona este mecanismo, veamos algunos ejemplos.
Ejemplo 1: Compra de maquinaria
Una empresa industrial adquiere maquinaria por 50.000 euros. Según las tablas de amortización fiscal, debería deducir este gasto en 10 años.
Sin embargo, con la libertad de amortización, podría deducir los 50.000 euros en un solo ejercicio, reduciendo significativamente su carga impositiva ese año.
Ejemplo 2: Adquisición de mobiliario
Una pyme de servicios compra mobiliario por 10.000 euros. Según la tabla de amortización del Impuesto de Sociedades, el periodo sería de 7 años.
Si cumple con los requisitos, podría amortizar el 100% en el ejercicio en el que realiza la compra.
Ejemplo 3: Inversión en equipos informáticos
Una empresa tecnológica invierte 25.000 euros en la compra de servidores y equipos informáticos para mejorar su infraestructura.
Según las tablas de amortización, estos bienes deberían depreciarse en un periodo de 5 años.
Sin embargo, si la empresa cumple los requisitos para aplicar la libertad de amortización, podría deducir los 25.000 euros en el mismo ejercicio en que realiza la compra.
Esto le permite reducir su base imponible de forma inmediata, disminuyendo el impuesto a pagar y obteniendo un beneficio fiscal en el corto plazo.
Errores comunes al aplicar la libertad de amortización
A pesar de sus ventajas, muchas empresas cometen errores al aplicar este beneficio fiscal.
No verificar los requisitos antes de aplicar la deducción
Antes de acogerse a la libertad de amortización, hay que asegurarse de que se cumplen todos los requisitos exigidos por la normativa fiscal.
Muchas empresas cometen el error de aplicar la deducción sin revisar si realmente pueden beneficiarse de ella, lo que puede derivar en sanciones o ajustes en futuras inspecciones tributarias.
No justificar correctamente la inversión ante la administración tributaria
La Agencia Tributaria puede solicitar documentación que acredite que los activos adquiridos cumplen las condiciones necesarias para aplicar la libertad de amortización.
No contar con facturas, contratos o documentos que respalden la compra y el uso del bien en la actividad económica puede llevar a la pérdida del beneficio fiscal.
Además, es recomendable mantener un registro detallado de la inversión y su relación con el crecimiento de la empresa para evitar problemas en caso de una auditoría o inspección.
No tener en cuenta el impacto contable
Aunque la libertad de amortización permite reducir la base imponible y pagar menos impuestos en el ejercicio en que se aplica, también puede distorsionar la imagen financiera de la empresa.
Al registrar una amortización acelerada, el resultado contable del ejercicio puede verse afectado, reduciendo el beneficio neto y afectando indicadores financieros.
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La libertad de amortización es un tema complejo que requiere una revisión especializada en el caso de cada empresa.
En GAC Grup, entendemos las necesidades de nuestros clientes, por eso ofrecemos una asesoría fiscal completa para que tomes decisiones informadas de la mano de profesionales calificados.
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Preguntas frecuentes sobre la libertad de amortización
¿Todos los activos pueden acogerse a la libertad de amortización?
No, solo pueden beneficiarse de la libertad de amortización aquellos activos que cumplan ciertos requisitos específicos:
- Deben ser activos nuevos.
- Deben estar afectos a la actividad económica.
- En algunos casos, se requiere un incremento de plantilla.
- Exclusión de determinados activos.
¿Cómo afecta la libertad de amortización al Impuesto sobre Sociedades?
La libertad de amortización tiene un impacto directo en la base imponible del Impuesto sobre Sociedades, permitiendo un beneficio fiscal significativo:
- Reducción inmediata de la base imponible: en lugar de amortizar un activo de forma lineal a lo largo de su vida útil, la empresa puede deducir el total o una gran parte del coste del activo en el ejercicio en que se adquiere. Esto disminuye la base imponible y, por lo tanto, la cantidad de impuestos a pagar en ese período.
- Diferimiento fiscal: aunque la empresa pague menos impuestos en el ejercicio en que aplica la libertad de amortización, en ejercicios futuros no tendrá la deducción por amortización correspondiente.
- Posible generación de bases imponibles negativas: si la libertad de amortización reduce la base imponible por debajo de cero, la empresa puede generar bases imponibles negativas que se compensarán con beneficios en ejercicios futuros, mejorando su planificación fiscal.
¿Es compatible con otros incentivos fiscales?
La libertad de amortización puede ser compatible con otros beneficios fiscales, pero existen ciertas limitaciones:
- Compatibilidad con deducciones fiscales.
- Restricciones en el régimen de incentivos.
- Normativa específica según el tipo de activo y empresa.
Para asegurarse de que se está optimizando la fiscalidad sin incurrir en incompatibilidades, es recomendable realizar un estudio detallado y, en caso de duda, consultar con un experto en tributación empresarial.
¿Cómo se contabiliza la libertad de amortización?
La contabilización de la libertad de amortización debe reflejarse correctamente en los estados financieros de la empresa:
- Registro del activo: se da de alta en el inmovilizado material o intangible, según corresponda.
- Aplicación del gasto por amortización: se puede reflejar una amortización acelerada en el ejercicio en el que se aplica la libertad de amortización.
- Impacto en el resultado contable: aunque fiscalmente se permite la amortización libre, en la contabilidad se mantiene el criterio de amortización técnica, generando diferencias temporarias entre el resultado contable y fiscal.
- Conciliación fiscal: es importante reflejar en el ajuste extracontable de la declaración del Impuesto sobre Sociedades la diferencia entre la amortización contable y la fiscal.
¿Qué empresas pueden aplicar la libertad de amortización?
No todas las empresas pueden beneficiarse de este incentivo fiscal; deben cumplir ciertos requisitos:
- Empresas sujetas al Impuesto sobre Sociedades: generalmente, las sociedades mercantiles pueden acogerse a la libertad de amortización.
- Empresas que realicen inversiones productivas: la adquisición del activo debe destinarse a la actividad económica y no a un uso personal o de inversión financiera.
- Cumplimiento de normativa específica: en algunos casos, es necesario cumplir con condiciones adicionales, como el mantenimiento del empleo o un incremento de plantilla.
¿Qué sucede si la empresa vende un activo amortizado libremente?
Si una empresa decide vender un activo que ha sido amortizado aplicando la libertad de amortización, hay implicaciones fiscales a considerar:
- Reversión del beneficio fiscal: la amortización acelerada habrá reducido la base imponible en ejercicios anteriores, pero la venta genera una mayor ganancia contable.
- Incremento en la tributación de la ganancia patrimonial: la plusvalía obtenida por la venta del activo puede estar sujeta a tributación, compensando el beneficio obtenido por la amortización anticipada.
- Aplicación de coeficientes de corrección: en algunos casos, se pueden aplicar ajustes fiscales para reducir el impacto de la tributación sobre la ganancia de la venta.
¿Cuáles son los principales riesgos de aplicar la libertad de amortización?
Si bien la libertad de amortización es un beneficio fiscal relevante, también conlleva ciertos riesgos:
- Riesgo de incorrecta aplicación: si la empresa no cumple con los requisitos legales, la Administración Tributaria puede rechazar el incentivo y exigir el pago de impuestos adicionales con intereses.
- Impacto en la planificación financiera: la reducción inmediata de la base imponible puede generar beneficios fiscales a corto plazo, pero limitar futuras deducciones por amortización.
- Posibles cambios normativos: la normativa fiscal puede modificarse y afectar la aplicación de este incentivo en ejercicios futuros. Es recomendable mantenerse actualizado y contar con asesoramiento fiscal especializado.